Declaración de la Oficina de Tsikhanouskaya, del CC y la DPA sobre la situación en Kazajistán

Según ladeclaración conjunta oficial que fue publicada el 6 de enero de 2022, los representantes de la Oficina de Tsikhanouskaya, del Consejo de Coordinación y la Dirección Popular Anticrisis enfatizaron que era inadmisible que los militares belarusos tomaran parte en las operaciones en el extranjero.

«Los acontecimientos en Kazajistán son un conflicto político interno. Faltan los hechos que confirmen que la crisis haya sido causada por una agresión externa o asociada con amenazas terroristas externas.

La protesta callejera es una de las pocas formas de expresar la voluntad civil disponibles bajo regímenes autoritarios. Entendemos el deseo de resistir a la dictadura y respetamos el derecho de los kazajos a determinar el destino de su país.

El Tratado de Seguridad Colectiva fue creado para repeler la agresión externa y no para resolver los problemas políticos internos de los países participantes. El envío de tropas, así como la provisión de cualquier otra ayuda militar al actual gobierno de Kazajstán, crea un precedente peligroso para la intervención armada extranjera en conflictos políticos internos.

En este sentido, declaramos: la introducción de tropas puede complicar las relaciones amistosas entre el pueblo belaruso y el kazajo durante muchos años. La intervención militar en el conflicto interno de Kazajistán va en contra de los intereses nacionales de Belarús y puede provocar pérdidas humanas y materiales considerables y afectar a la reputación internacional de nuestro país.

No aceptamos que las tropas belarusas estén involucradas a resolver conflictos políticos tanto en Belarús como fuera del país. Su tarea primordial es proteger la soberanía y seguridad de Belarús.

Tampoco aceptamos que se tomen tales decisiones en nombre de una persona sin legitimidad por los resultados de las elecciones de 2020, que asume a la presidencia por fuerza y se encarama en el poder en Belarús.

Expresamos nuestra confianza en que el mismo pueblo de Kazajistán resolverá la crisis actual por vía de un amplio diálogo interno y procedimientos democráticos. La intervención militar extranjera en un conflicto político interno tendrá consecuencias negativas tanto para la soberanía de Kazajistán como para la seguridad de toda la región».

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